martes, 10 de mayo de 2011

La generación inclusiva. Ensayo participante Estímulos 2011

LA GENERACIÓN INCLUSIVA

POR EDNA ELIZABETH GARCÍA CUÉLLAR

Todos estuvimos ahí: Llega el momento de hacer la elección de carrera, analizas tus opciones y te haces las preguntas ¿Para qué soy bueno? y ¿Qué he hecho los últimos años de mi vida que me pueda indicar qué dirección debo tomar ahora? Piensas en lo que tu familia va a decirte, y luego, finalmente decides: Nos vamos a Artes. A fin de cuentas te gusta pintar,¿no? Y te han dicho que eres muy bueno dibujando, exudas creatividad por cada poro de tu cuerpo y es el momento de probar que si otros pudieron también puedes tú.Tal vez no llegues a convertirte en un Andy Warhol y lo sabes bien, y tal vez tengas que luchar por muchos años para vender tu trabajo pero, ¡Hey! Todo suena tan idílico y ¿A quién no le gusta la vida bohemia? Por que finalmente cuando lo piensas, lo vale. El arte lo vale y después de todo, tu entiendes de arte y te sientes listo para integrar tu vida.

Lo sé, yo también lo viví, yo también tuve y tal vez todavía tengo, las mismas frustraciones que surgen al entrar en este medio. Entender como funciona y se desarrolla el arte en un sistema académico resulta desconcertante; comprender como opera globalmente puede ser incluso abrumador, y adaptarse a los procesos y protocolos aceptados por el entorno, rompe sin pretenderlo las expectativas de idílica libertad creativa anteriores a la universidad, y no precisamente debido a la falta de tal, sino al tratar de adecuarla a los múltiples sistemas por los cuales se rige la producción artística; antes nunca necesitaste registrar tus procesos creativos, la pintura para ti era expresión pura y no existía la necesidadde justificar, no habían investigaciones previas y tu por supuesto podías hablar de arte sin ningún problema, porque finalmente, en eso te desarrollabas.

De acuerdo a las estadísticas alrededor del 40% de los estudiantes universitarios a nivel mundial, desertan antes de terminar el primer año de su carrera elegida; esto, principalmente debido a la decepción generada al enfrentarse a materias que no cumplen sus intereses anteriores; sin embargo, tanto para aquellos cuyas expectativas se ven consumadas y quienes logran adaptar su experiencia previa al nuevo conocimiento y los nuevos métodos, como para quienes deciden continuar su formación en las artes de manera autodidacta, se encuentra

siempre presente la misma interrogante: ¿Qué tan indispensable resulta el conocimiento formal? Con esto, me refiero no únicamente dentro de la preparación de un artista, sino también desde el punto de vista de la experiencia estética. Dicho de otro modo ¿Resulta realmente trascendental tener un conocimiento de élite sobre arte (entendiendo como tal, el conocimiento adquirido a través de la educación formal y sistemática) para poder apreciar el arte en sí?

En mi opinión la respuesta a esta pregunta puede ser generacional.

La generación actual comprende a los individuos nacidos entre 1980 y 2000, y del mismo modo en que ocurre con generaciones anteriores, esta ha sido formada bajo la influencia del desarrollo tecnológico, social y cultural de su tiempo, convirtiéndola así, en una generación ecléctica y sintética, forjando a un individuo que resulta un producto de su propio contexto, con intereses que fluctúan en cuanto a su tema y aplicación; es decir, un individuo con un amplio conocimiento en tópicos en su mayoría inconexos y dirigidos por la influencia de su entorno.

Ahora, ¿cómo se relaciona el individuo actual con el arte? Desde mi punto de vista su capacidad sintética y autodidacta lo convierte en un individuo Nobrow.

Dicho término es un neologismo que denota un discurso intelectual influenciado tanto por la cultura alta como la baja, es decir el conocimiento de élite y el conocimiento mundano, para lo cual su carácter ecléctico resulta un factor fundamental.

Una persona Nobrow piensa que el arte, o incluso un simple pensamiento puede ser catalogado como “bueno” o “valioso” sin importar si proviene de un estrato alto, medio o bajo de la cultura, o aun como una mezcla de los anteriores. El Nobrow mantiene un gusto mas inclusivo de la cultura; sin embargo, mientras valida el arte que puede haber sido ignorado anteriormente por los críticos, aun opera dentro del sistema de términos, tales como “alto” y “bajo” que han creado dicha disparidad, es decir pretendiendo liberarse de las reglas que rigen el arte de élite, utiliza su propia terminología para entender su sistema.

La crítica literaria Leslie Fiedler escribió en 1971 que el arte pop es subversivo porque rehúsa las categorías típicas del mundo del arte; así pues, la masificación y reproductibilidad de un arte que podría ser considerado de élite, permite a los críticos juzgar su valor sin darle la categoría de “alto” o “bajo”.

Tiene sentido pensar que la revolución de la categorización jerárquica del arte nos lleve hasta el Nobrow; sin embargo, en mi opinión, el propio concepto detrás de este término, sugiere que no existe necesidad de una jerarquía dentro del arte, es decir, al deshacerse de los objetos y cláusulas categóricas dentro de una escala, ¿por qué no deshacernos de la propia escala?

Las clasificaciones y juicios son imposibles de evitar para el ser humano consciente, la rigidez de los sistemas formativos tanto sociales como educacionales, nos han condicionado a categorizar nuestro entorno, forzándonos a hacer elecciones diariamente; sin embargo, el Nobrow nos propone una experiencia sensorial sin valor inherente: Algo es, y el espectador reacciona. Incluso si la reacción es simplemente el reconocimiento de que ese algo existe. Así mismo, permite que todos los espectadores tengan una gama de opciones en cuanto a la experiencia estética que dicho algo les permite experimentar.

Desde el punto de vista del arte, un artista serio, con una perspectiva y educación tradicional, pero cuya obra es influenciada por los medios, y en general su contexto social generacional, puede ser llamado Nobrow; sin embargo, la propia calidad inclusiva del Nobrow, admite que esta definición no resulte conclusiva.

Con esto pretendo explicar que dicha etiqueta promueve un acercamiento al arte que permite tanto al artista como al espectador apreciar un mayor espectro cultural. Con una mente abierta y un enfoque que no controla ni nombra, sino que consiente experimentar y apreciar.

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